Las calles estrechas, acogedoras y retorcidas, y las casas de piedra del siglo XIX le dan al West Village un aire colonial. En efecto, parece una pequeña ciudad europea en medio de la ciudad más grande del país. A pesar de su aspecto relajado, el West Village es un lugar de ritmo rápido con muchos compradores, comensales y aficionados al arte. Al lado de las casas se pueden encontrar lofts de artistas clásicos y nuevas torres residenciales enfrentadas al Río Hudson. El Meatpacking District ofrece un sinfín de oportunidades para comer y para la vida nocturna y es considerado el más a la moda de Nueva York. Es posible mirar escaparates a lo largo de la Calle Bleecker y hay un montón de restaurantes y bares secretos en el laberinto de callejuelas, que son principalmente residenciales. La popularidad de las vecinas SoHo y Chelsea al sur y al norte han reforzado considerablemente su atractivo, y además han inflado el costo de sus viviendas.
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